Este contraste utiliza parejas de complementarios en la composición con el objeto de que el diseño quede cromáticamente equilibrado.
La primera estrategia para trabajar con este contraste es utilizar las tres parejas básicas (amarillo--azul-violeta, cian--rojo y magenta-verde) y tener en cuenta que estas parejas, además de ser parejas de complementarios, cada una de ellas representa también algún otro tipo de contraste.
A veces se utilizan, acompañando a la pareja de complementarios, tonos neutros: blancos, negros o grises para atenuar la fuerza de los polos.
Es interesante no utilizar las parejas de complementarios en su máxima saturación, sino utilizar parejas de complemetarios con grados de saturación inferior, para hacer que este contraste sea mas sutil. Uno puede estar representado en su máxima saturación y llamando la atención, como protagonista, y otro utilizarse como color poco saturado y con un contenido comunicativo ecundario. Desde el punto de vista comunicativo y expresivo, el contraste de complementarios se puede utilizar para guiar al espectador por los diferentes elementos de la imagen: de un color a su complementario y viceversa, o para estructurar la imagen en divisiones sucesivas por parejas.
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