sábado, 5 de diciembre de 2009

LEANDRO ERLICH. la torre

Leandro Erlich (buenos Aires, 1973) ha conseguido un importante reconocimiento crítico tras una intensa trayectoria expositiva que arranca en los primeros años 90. En sus trabajos pone en cuestión la visión de la realidad al alterar el artistas nuestra percepción mediante estrategias de simulación y efectos escenográficos que crean ilusiones ópticas. A través de sus impecables instalaciones, el espectador se enfrenta de un a forma ludica a la percepción de sí mismo como individuo y como parte de la sociedad.

Los espacios cotidianos y aparentemente insignificantes que habitamos son elegidos por Erlich para crear sus escenarios. A partir de espejos, cristales, agua y otros artificios fácilmente detectables, el artista manipula la visión real y emplaza al público visitante, asombrado y desconcertado, ante una situación en la que aquello que consideramos "normal" es puesto en evidencia.


Los trampantojos se hicieron habituales a partir del Barroco. De alguna manera significaron un paso hacia la modernidad, en cuanto consideraban al público como parte activa y absolutamente necesaria para el sentido de la obra. Exige una implicación física y sobre todo intelectual del espectador, ya que sin él, no existe la trampa o ilusión. Ninguna de las instalaciones de Leandro Erlich podría ser explicada sin la acción del espectador y lo que la obra le produce.


Creó, entre otras obras, "La Pileta" en 1999, "Le Cabinet du Psychoanalyste" en 2005, "Carrousel" en 2008, y "LA TORRE, 2008"


Instalada en el patio de la ampliación Nouvel y producida específicamente para el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, es un edificio de pisos que funciona como un enorme periscopio. Un dispositivo de espejos invita al espectador, situado en la parte baja, a ver lo que está sucediendo en la parte superior y viceversa. Las personas que están en el interior de la instalación- que simula el pasillo de un edificio de apartamentos- parecen flotar en el espacio a los ojos de los espectadores que miren desde fuera por las ventanas. Se crea así un complejo juego de perspectivas con el que se desarticula nuestro sentido de la orientación y se nos hace sentir la experiencia de desafiar la ley de la gravedad. Un espacio donde establecer una relación distinta entre quien mira y quien es observado. El espectador se convierte en activo performer que ve y es visto a la vez. Como en otros proyectos artísticos realizados, La Torre anhela construir un sentido narrativo y fantástico a partir de nuestra experiencia cotidiana dentro de espacios comunes.

De toda la visita al Reina Sofía, esta fue la obra que mas me impresionó, es increible cuando estás dentro de la torre y ves a las personas debajo, pero es mejor aún cuando estas abajo y los ves flotar sobre el suelo tocando las paredes, como si estubieran en una nave espacial.
Lo que me impresiona de esta obra es lo bien que esta construida la torre, con puertas de verdad y pasillos que parecen reales, pero sobre todo la genial idea que tuvo este artista porque, aunque realmente es simple porque es un juego de espejos, la idea no se le ocurre a cualquiera.

Leandro Leich es actualmente uno de los artistas latinoamericanos que gozan de mayor resonancia internacional. Para más información sobre el autor: http://www.leandroerlich.com/

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